Las lumbres de la Noche de San Antón son sin duda la mejor fiesta de Jaén. Al atractivo del fuego (todas llevamos algo de Nerón dentro) se une la ciudadanía en la calle tomando las plazas, compartiendo vino, rosetas y viandas varias y un cierto ambiente pagano, aroma a ritual ancestral que impregna la por lo general muy fría noche del 16 de enero.
Nada que ver con las casposas, consumistas y ruidosas fiestas patronales plenas de señoritos de los de antes (terratenientes) y de los de ahora (políticos varios).
El fuego todo lo purifica o, al menos, lo quema.
Gladiator y van 2
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Pocas veces me he dormido en la sala de un cine, pero me ha pasado. Ayer,
sin ir más lejos, casi que no despierto. Igual fue porque la abrieron hace
poco...
Hace 12 horas
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